viernes, 7 de abril de 2023

Alcanzapelotas

Alcanzapelotas, recogebalones, recogepelotas o balonero según los diferentes países de habla hispana. O ball boy en inglés, raccattapalle en italiano, balle garçon en francés o Balljunge en alemán.

En todo el mundo los jóvenes de las divisiones menores actúan como alcanzapelotas en los partidos de la máxima división nacional y pueden ver de cerca a los ídolos mientras sueñan con ser compañeros dentro de unos pocos años.

Aquí el recuerdo de algunas estrellas del fútbol retratadas cuando niños, junto a grandes jugadores. Si tenés alguna, mandámela a este mail.
Argentinos Juniors junto a un muy pequeño Diego Maradona (con la pelota).

Enzo Fernández y Exequiel Palacios, en River Plate.

Juan Román Riquelme y Carlos Tevez, en Boca Juniors.


Paulo Dybala y Federico Insúa.

Marcelo Gallardo, junto a Gustavo Zapata.

Marco Van Basten posa junto a un sonriente Patrick Kluivert, en el Ajax.

El pequeño Ronaldinho junto a su hermano Roberto de Assis Moreira, jugador del Grêmio.

Raúl González, futuro goleador del Real Madrid, era recogebalones del Atlético. Aquí junto a Manolo Sánchez Delgado (Pichichi de la Liga 1991/92).

Un jovencísimo Josep Guardiola, recogepelotas del Barcelona, sujetando del brazo a Víctor Muñoz, en 1985.

Napoli campeón y detrás de Diego Maradona aparece un jovencito raccattapalle llamado Fabio Cannavaro.

Otra imagen de la gran cantera del Ajax: Frank Rijkaard y el pequeño Wesley Sneijder.

Andrés D'Alessandro y Enzo Francescoli, en River Plate.

Antonio Cassano, alcanzapelotas del Bari, junto a Dejan Savićević, del Milan.


EN BRASIL, CON NOMBRE PROPIO
Puede llamar la atención que en Brasil a los niños encargado de alcanzar los balones se los llame "gandulla". Ese apelativo es en honor al argentino Bernardo Gandulla (Buenos Aires, 1 de marzo de 1916 - 7 de julio de 1999), quien se destacó como delantero en las décadas de 1930 y 1940.

Todo se originó en 1939, mientras jugaba para el Vasco da Gama; no tuvo allí grandes actuaciones pero quedaría en el recuerdo por su actitud caballeresca: cuando la pelota salía de la cancha, él corría a buscarla y la entregaba a quien tenía que sacar, sin importar si era un compañero o un adversario.

Nano Gandulla había surgido en 1935 en la Primera de Ferro Carril Oeste hasta que en ese 1939 se fue a Brasil junto a Dacunto y Emeal al Vasco Da Gama. Después de esa temporada en el fútbol carioca, continuó su carrera en Boca Juniors, volvió a Ferro y cerró su trayectoria en Atlante, pero dejó para siempre su recuerdo en el fútbol brasileño.


POR PRIMERA VEZ EN UNA COPA DEL MUNDO
En 1966 futbolistas en edad escolar de toda Inglaterra fueron escogidos para cumplir funciones en los 32 partidos de las 8 ciudades sede.

Fueron sorteados a razón de nueve muchachitos para cada encuentro, y Neil Rioch, a quien le tocó estar en la final de Wembley, recuerda medio siglo después: "En ese momento yo vivía en Luton y todos tomamos el tren a Londres la mañana del partido. En el estadio, los ball-boys teníamos nuestro propio vestuario, al lado de los equipos, y cuando se acercaba el comienzo, el ruido de la gran multitud era increíble. Salimos a la cancha junto a los jugadores y cuando empezó el partido, mi posición estaba frente al palco real, a un metro de la acción".
Los recuerdos de Rioch (en la foto, el quinto desde la izquierda), recogidos por el Sunday Express, son emocionantes: "Después de unos segundos de comenzado el partido, un jugador de Alemania Federal pateó la pelota afuera y yo la recogí. Puedo decir con toda sinceridad que fui el primer inglés en tocarla en la final de Mundial 1966. Creo que se la pasé a Martin Peters".

"Los alcanzapelotas teníamos instrucciones estrictas de no ingresar al campo de juego, pero al final del partido las reglas se fueron por la ventana. Sabía que nunca volvería a tener una oportunidad como esa y me uní a las celebraciones", dice Rioch, que llegó a tener una buena carrera en el fútbol, incluyendo jugar para el Aston Villa, "pero nada se acercó a la emoción de esa tarde en Wembley. Mis compañeros de clase estaban tan envidiosos... Probablemente fue la mejor experiencia de mi vida".




1 comentario:

Martín Estévez dijo...

¡Linda nota, viejo!